La forma sigue a la función es un principio que establece que la forma (la forma) que toma algo debe ser escogida en base a su propósito y función.
A menudo aplicado a la arquitectura, ingeniería y diseño industrial, el formulario de declaración sigue a function y se aplica tanto al diseño gráfico como a la autoedición. Para los diseñadores, la forma son los elementos que componen nuestros diseños y nuestras páginas. La función es el objetivo del diseño, ya sea un letrero que da instrucciones o un libro que entretiene con una historia.
El concepto de forma
En el diseño de impresión, la forma es tanto el aspecto general de la página como la forma y el aspecto de los componentes individuales: los tipos de letra, los elementos gráficos, la textura del papel. La forma también es el formato si la pieza es un póster, un folleto de tres pliegues, un folleto cosido a caballete o un boletín informativo de auto-envío.
El concepto de función
Para los diseñadores, la función es la parte práctica y práctica del proceso de diseño y autoedición. La función es el propósito de la pieza, ya sea para vender, informar o educar, impresionar o entretener. Incluye el mensaje de redacción, la audiencia y el costo de impresión del proyecto.
Trabajando juntos en forma y función
La función necesita la forma para lograr su objetivo, ya que la forma sin función es sólo un bonito pedazo de papel.
La función es decidir que un póster pegado alrededor de la ciudad sería la mejor manera de informar al público en general sobre la próxima actuación de una banda en un club. La función es especificar cuánto puede gastar la banda en ese póster. La forma es elegir el tamaño, los colores, las fuentes y las imágenes en función de la función y organizar el texto y los gráficos para que el póster llame la atención y se vea bien.
Para practicar la regla de que la forma sigue a la función, comience el proceso de diseño primero obteniendo tanta información como sea posible sobre el propósito de la pieza que está creando. Haga preguntas sobre cómo se va a usar la pieza, como por ejemplo:
- ¿Quién es el público objetivo y cuáles son sus expectativas?
- ¿Se supone que la pieza debe vender un producto tangible o una idea?
- ¿Se trata de desarrollar la buena voluntad, crear marca o conciencia pública sobre una empresa, un evento o un tema?
- ¿Cuál es el presupuesto para este proyecto? ¿Qué cantidad de esta pieza se necesita?
- ¿Cómo se distribuirá este proyecto – por correo, puerta a puerta, en persona, como parte de una revista, boletín, periódico o libro?
- ¿Qué acción es probable que realice el destinatario con la pieza: tirarla a la basura, pegarla en la pared, archivarla como referencia, pasarla, enviarla por fax, ponerla en un estante?
- ¿Qué elementos son requeridos por el cliente – colores específicos, fuentes específicas, imágenes específicas, una impresora determinada?
Una vez que conozca la función de la pieza y los parámetros prácticos y las limitaciones para armar el trabajo, podrá ponerlo en una forma que apoye la función utilizando su conocimiento de los principios del diseño, las reglas de la autoedición y el diseño gráfico, y su visión creativa.