Tal y como lo hemos conocido durante tres décadas, internet ha funcionado como una plaza pública (virtual) sin límites: un espacio de comunicación, información y oportunidad en el que todos podíamos participar. Pero esa plaza está cambiando porque Internet con IA nos va a cambiar el paso a todos.
Como está sucediendo con prácticamente todo lo que se nos ocurra, la IA ha llegado para ponerlo todo patas arriba. Por su puesto, este impacto, aunque no nos estemos dando cuenta, lo está viviendo la semilla de la digitalización, la matriz del mundo virtual: la red de redes. Y esta transformación, señalan expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), afecta a cada rincón del ecosistema digital.
Desde la forma en la que buscamos información hasta cómo compramos, aprendemos, nos protegemos o accedemos a servicios médicos, la IA está reescribiendo el guion del ciberespacio. De la mano de los especialistas de la UOC, repasamos todo lo que está llegando y llegará en esta nueva Internet con IA.
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Lo más visible de Internet con IA: ya no buscamos, ahora nos asiste
Hasta ahora, buscar en internet significaba teclear unas palabras clave en Google y revisar los resultados en forma de enlaces. Pero eso ya es historia con Internet con IA. “Somos testigos de un cambio profundo: del buscador al asistente. Antes buscábamos; ahora preguntamos”, afirma Antonio Pita, profesor de la UOC.
ChatGPT, Perplexity y otros modelos de lenguaje han traído consigo una nueva manera de acceder al conocimiento: respuestas personalizadas, sintetizadas, directas… y con fuentes incluidas. Además de las implicaciones para el usuario, esta forma que adoptar Internet con IA supone también una amenaza directa para el SEO tradicional y el modelo publicitario de Google, que ve peligrar su hegemonía. En su lugar, surge un nuevo enfoque: el Generative Engine Optimization (GEO), que busca posicionar contenidos dentro del corpus de conocimiento que nutre a estas inteligencias artificiales. La visibilidad en la web ya no depende de enlaces, sino de ser parte del conocimiento compartido.
Máquinas que hablan entre sí
Internet nació como un lugar creado por humanos para humanos. Pero hoy, buena parte del contenido es generado por algoritmos. Lo que empezó como un problema con los bots que inflaban métricas publicitarias en la década de 2010, hoy se extiende a todos los ámbitos. Vamos hacia un internet con IA en el que gran parte del contenido será creado por máquinas, advierte Pita.
Esto no necesariamente implica un deterioro, pero sí una nueva competencia: la de la calidad. Frente a la automatización masiva, el factor humano —la creatividad, la emoción, el contexto— se convierte en la nueva ventaja competitiva. Una máxima que los medios de comunicación tendrán que interiorizar si quieren seguir siendo relevantes en un mundo donde todos los contenidos tienden a sonar igual.
Pero también entra en juego otro actor: la desinformación. La IA no solo puede crear bulos con una eficacia sin precedentes, sino también combatirlos. “Existen modelos que detectan manipulaciones y rastrean orígenes de imágenes falsas”, indica Pita. Eso sí, la tecnología no basta. El pensamiento crítico será más necesario que nunca en Internet con IA.
Ciberseguridad, salud y educación: tres campos en evolución
Uno de los mayores cambios está ocurriendo en el terreno de la ciberseguridad. La IA no solo permite diseñar ataques más sofisticados, sino que también se usa para protegernos de ellos de forma predictiva. “Nos enfrentamos a un nuevo tipo de adversario: uno que también aprende”, explica Pita.
En paralelo, los sectores de la salud y la educación viven su propia revolución. En medicina, la IA ayuda a diagnosticar con más rapidez y precisión, detectando patrones invisibles al ojo humano y promoviendo una medicina más proactiva. En el aula, transforma el papel del docente y democratiza la asistencia con sistemas capaces de responder en tiempo real a los estudiantes.
Pero Pita lanza una advertencia: “Enseñar no es solo transmitir contenidos. Y en eso, la tecnología puede ser una aliada, pero nunca una sustituta”.
Comprar en la era del asistente personal
El comercio electrónico tampoco escapa a la ola transformadora. Ahora, no solo compramos: nos ayudan a comprar. Gracias a la IA, cada usuario tendrá su personal shopper virtual, que le guiará por tiendas online (o incluso físicas) y le propondrá productos según su estilo, historial y preferencias.
Realidad aumentada, entornos inmersivos y el metaverso crearán una experiencia de compra “más sensorial, personalizada y eficiente”, señala el experto. Y eso exigirá a las marcas mucho más que productos: deberán ofrecer presencia memorable, coherente y adaptada a estos nuevos entornos.
Un marco normativo a la carrera
Y ante este nuevo universo digital, ¿dónde está la ley? Como en tantas ocasiones en la historia de la tecnología, la normativa va varios pasos por detrás de la innovación. “No se puede legislar lo que aún no se comprende del todo”, admite Pita. Sin embargo, la IA nos obliga a preguntarnos no solo qué podemos hacer, sino qué deberíamos hacer.
Ética, privacidad, autoría, derechos digitales… todos estos conceptos tendrán que ser redefinidos en esta nueva era. La IA, como toda tecnología, no es buena ni mala: es una herramienta. Cómo se utilice, dependerá de nosotros.
Internet con IA o, dicho de otra manera, el internet del futuro ya no será solo una red de páginas enlazadas, sino un ecosistema de experiencias inteligentes y automatizadas. Pero lejos de convertirnos en usuarios pasivos, esta nueva red exige más implicación, más criterio y más adaptación.
Porque en un mundo en el que las máquinas crean, hablan y recomiendan, lo humano —la empatía, la intención, la perspectiva— será lo más valioso que podamos aportar. Y eso, en definitiva, es lo que marcará la diferencia.