La inteligencia artificial está transformando los departamentos de Recursos Humanos al ofrecer herramientas innovadoras que optimizan procesos, aumentan la eficiencia y brindan información útil para la toma de decisiones. Sin embargo, este cambio también plantea desafíos en cuanto a su correcta implementación y a los límites éticos y operativos. El uso de ChatGPT en el trabajo se ha extendido tanto que muchos ya no entiende la vida profesional sin esta solución. Además de esta popular herramienta, existen muchas otras aplicaciones de inteligencia artificial que también tienen impacto en RR.HH.
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IA para la gestión: ChatGPT en el trabajo de Recursos Humanos
En todo caso, la integración de asistentes de IA generativa, como ChatGPT en el trabajo está revolucionando la manera en que las empresas gestionan a su personal. Estas herramientas permiten a los responsables de Recursos Humanos realizar tareas como:
- Automatización de procesos: Gestión horaria, generación de informes y análisis de datos.
- Optimización de recursos: Identificación de desequilibrios en equipos y recomendaciones para una mejor asignación de tareas.
- Análisis predictivo: Anticipación de escenarios como periodos de alta demanda o ausencias.
Muchas compañías están optando por esta vía para la gestión del talento, de manera que las cosas pueden cambiar. Para empezar, los que trabajen en Recursos Humanos van a contar con datos de una manera muy ágil y, quizás, en tiempo real sobre el desempeño de los trabajadores. Esto exige que el empleado tenga que dar un plus, ya que, de alguna manera, va a estar más vigilado. Su productividad va a estar sometida a una especie de auditoría continua desde las aplicaciones inteligentes. Desde luego herramientas no van a faltar.
Por ejemplo, WorkMeter, solución que busca controlar la productividad de los empleados en las empresas, ha incorporado ChatGPT en sus soluciones, conectándolas a las métricas de sus clientes para proporcionar respuestas precisas a preguntas estratégicas. Esto permite una interacción en lenguaje natural y un análisis instantáneo de datos para mejorar la toma de decisiones.
Dicho de otra manera, un responsable o profesional del departamento de recursos humanos de una empresa que use ChatGPT en el trabajo en cualquier de sus integraciones va a poderle preguntar a una máquina cosas que afectan al día a día de los trabajos. Y las preguntas se harían de un modo muy natural. El escenario puede ser caótico en caso de se fíe todo a la tecnología, si bien lo más normal es que la IA ofrezca respuestas razonables.
Eso sí, hay cosas que sí se le pueden preguntar a un ChatGPT en el trabajo y otras preguntas que es mejor no hacerle. Veamos a continuación.
Buenas prácticas: Qué se le puede preguntar a ChatGPT en el trabajo
El uso adecuado de estas herramientas puede aportar un gran valor al área de Recursos Humanos. Algunas preguntas recomendadas incluyen:
- Medición de recursos:
- «¿Cuánto tiempo estamos dedicando a este proyecto?» Permite evaluar la rentabilidad real del proyecto con datos precisos sobre horas trabajadas y recursos empleados.
- Equilibrio de equipos:
- «¿Está este equipo equilibrado?» Identifica cargas de trabajo desiguales y ofrece recomendaciones para redistribuir tareas.
- Análisis de productividad:
- «¿Somos más productivos teletrabajando o en presencial?» Ofrece datos objetivos para decidir el modelo laboral más eficiente.
- Planificación futura:
- «¿Qué días necesitaré reforzar mi equipo?» Ayuda a anticipar necesidades específicas de personal basadas en patrones históricos.
Límites éticos: Qué No se le puede preguntar a ChatGPT en el trabajo
El diseño ético de estas herramientas impone restricciones importantes para proteger la privacidad y la equidad. Algunas preguntas que no deben hacerse incluyen:
- «¿A quién despedirías?»
- «¿Qué está haciendo ahora cierto empleado?»
- «¿Hay algún empleado que haga mal su trabajo?»
Estas preguntas van más allá del propósito de la IA, que no debe emitir juicios de valor ni vulnerar la privacidad de los trabajadores.
Desafíos y Oportunidades
La incorporación de la IA en la gestión de personas implica una curva de aprendizaje para los profesionales. Según Joan Pons, CEO de WorkMeter, comprender los límites y capacidades de estas herramientas es esencial para aprovechar su potencial de manera responsable. Además, se requiere establecer un marco ético y operativo claro para garantizar que su implementación sea efectiva y respetuosa.