Hoy en día, el acceso a contenido de pornografía desde canales tan masivos como las redes sociales es lo suficientemente sencillo como para que cualquier persona puede entrar en una de estas webs. Cualquier personas es cualquier personas, lo que incluye a los menores de edad. Los expertos no recomiendan que los contenidos X sean tan accesibles para jóvenes de tan temprana edad como se está pudiendo comprobar.
Lo cierto es que Internet (y las redes sociales) es una ventana abierta a un mundo lleno de posibilidades con un simple clic y se ha convertido en el lugar principal de consulta, comunicación, trabajo, estudio y entretenimiento. De hecho, en los últimos años, el consumo digital ha aumentado notablemente, sobre todo entre los menores, llegando a una media de 730 horas al año, según el último informe presentado por la plataforma líder en seguridad online y bienestar digital para familias, Qustodio.
Además, la edad media a la que se empieza a hacer uso de la tecnología y la internet es cada vez más temprana, lo que aumenta el riesgo de acceder a contenidos inapropiados, entre ellos, la pornografía.
Datos sobre la pornografía y su impacto en los menores
A pesar de que se trate de un tema incómodo para las familias y que muchas crean que sus hijos no consumen este tipo de contenido, los datos más recientes de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) revelan que los menores empiezan a ver este tipo de contenidos entre los 8 y 12 años y el consumo es constante entre los 13 y 17 años. Y es que, de acuerdo con el informe (Des)información sexual: pornografía y adolescencia publicado por Save the Children, casi el 10% de los menores ha accedido a pornografía antes de los 10 años y el 53,8% antes de los 13 años.
Además de ello, la FAD cuenta con datos procedentes de otras investigaciones en donde se concluye que solo un tercio de los padres supervisa de forma habitual a sus hijos cuando juega, navegan o usan las redes sociales. Solo el 11% toma medidas al respecto.
“El peligro no es tanto que vean pornografía sino que su sexualidad, que se está formando en esas edades, asuma como normales comportamientos agresivos, violentos, de riesgo o degradantes para la mujer. Si no empezamos a incorporar de forma más decidida la educación afectivo sexual en la familia o en el currículo escolar les estamos dejando a merced de pornhub”, afirmó en su momento Beatriz Martín Padura, directora general de la FAD.
Por otra parte, en muchos casos, el principal motivo que los lleva a buscar y consumir este tipo de contenidos suele ser la falta de información y educación sexual por parte de los padres, lo que ha hecho que para 3 de cada 10 menores la pornografía sea su único recurso para aprender sobre sexualidad, de acuerdo con Save The Children. Pero, en otras ocasiones, el consumo o acceso llega de manera accidental mediante redes sociales.
Hashtags en Tik Tok
En las redes sociales se crean, utilizan y difunden diferentes hashtags con el objetivo de promocionar contenidos, promover iniciativas, crear tendencias o aumentar el número de seguidores, pero no siempre son inofensivos. De hecho, ha nacido una nueva tendencia en Tik Tok, plataforma en la que los menores emplean una media de 75 minutos diarios, según el último Annual Data Report de Qustodio, que permite, mediante el uso de unos códigos de lenguaje, que cualquier persona pueda acceder, compartir y difundir contenido pornográfico independientemente de su edad.
Las etiquetas utilizadas son #youtubenaranja y #youtubeazul y, aunque a simple vista no parece que indiquen una señal de alarma, detrás de cada una de ellas se esconden dos grandes páginas de contenido pornográfico. #youtubenaranja cuenta con un total de 121.3 millones de visualizaciones dentro de la plataforma y hace referencia a Pornhub, una de las páginas de pornografía más grandes que existen. Por su parte, #youtubeazul suma 118 millones de visualizaciones y alude a XXNX vídeos, otra plataforma de contenido sexual.
Esto no significa que TikTok cuente con contenido pornográfico, sino que muchas personas utilizan esta plataforma para llegar a un mayor público o para hacerse publicidad mediante el uso de esos hashtags. El problema es que esto es algo muy complicado de moderar dentro de la aplicación, ya que estas etiquetas están creadas para saltarse los algoritmos de control y pueden ir modificándose a lo largo del tiempo para poder seguir difundiendo este tipo de contenido sin levantar sospechas alrededor de una etiqueta.
“Este tipo de tendencias dentro de las redes sociales reafirman aún más la idea de la necesidad de una educación digital urgente para familias, centros educativos y menores” afirma Eduardo Cruz, CEO de Qustodio. “Los padres y madres deben conocer el entorno digital y fomentar el uso responsable con sus hijos sin olvidar nunca el acompañamiento inicial, la comunicación abierta y el apoyo en herramientas que nos permitan crear rutinas digitales equilibradas, seguras y saludables que eviten al máximo la exposición a contenidos inapropiados y los riesgos que estos conllevan”.
¿Qué hacer si un hijo ve pornografía?
Aunque el tema se salga de lo estrictamente tecnológico, no está de más recordar los consejos que recomienda la FAD en su últiima en caso de que saber que un hijo esté visualizando contenido porno:
- Buscar el momento y hablar desde la tranquilidad y la calma, intentando no emitir juicios sobre su persona y no condenar el hecho en sí.
- Debemos mostrar empatía, intentando comprender las razones que le han llevado a verlo, y mostrando una actitud de escucha abierta.
- Hablarles sobre la pornografía convencional y explicarles que la que suele estar accesible de manera gratuita es violenta, machista, etc.; no es algo real y no muestra cómo son las relaciones (en una relación afectiva es fundamental el respeto y el consentimiento, y eso el porno no lo suele mostrar).