España padece, desde hace muchos años, la lacra de la violencia de género y las muchas mujeres maltratadas y asesinadas por hombres han sido causa de muchas campañas de sensibilización y normativas (no exentas de polémicas). Medidas aparte, la tecnología puede contribuir a mitigar este problema, según indican varios expertos. Concretamente, el virtual embodiment, basada en la realidad virtual está siendo analizada para emplearla en los procesos de rehabilitación de los maltratadores. La pregunta es: ¿Es posible que un agresor reconozca el miedo de su víctima?

En muchas ocasiones, la carencia de conexión y empatía se presenta como uno de los elementos fundamentales en situaciones de violencia de género o maltrato infantil. Este aspecto se convierte en un punto central en las terapias de rehabilitación dirigidas a los agresores. En los últimos años, la realidad virtual ha emergido como una herramienta crucial en este tipo de terapias. Permite, por ejemplo, que el agresor experimente la perspectiva de la víctima y perciba la violencia y las amenazas de manera más cercana.

Sin embargo, los usos del denominado «virtual embodiment» o encarnación virtual, una tecnología que está saliendo de los laboratorios para integrarse en la práctica terapéutica, van más allá. Dos investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Pierre Bourdin, coordinador del laboratorio XR Lab de tecnologías inmersivas (realidad virtual, realidad aumentada y realidad mixta) y profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación, y Sofia Seinfeld, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación, llevan años explorando, a través de la realidad virtual, cómo las personas gestionamos las emociones, cómo afrontamos aspectos existenciales como la muerte o la soledad, y cómo se desarrollan las conexiones entre nuestro cuerpo y nuestro cerebro. Con la tecnología más avanzada, el desafío actual consiste en traducir estos conocimientos en aplicaciones terapéuticas efectivas.

Virtual embodiment y experiencias extracorporales con realidad virtual

A lo largo de varios años, la realidad virtual ha experimentado un desarrollo continuo, inicialmente vinculado principalmente a simulaciones militares, entornos civiles y videojuegos. Sus capacidades inmersivas permiten al usuario interactuar y desplazarse en un entorno virtual, empleando un cuerpo virtual o avatar que, de alguna manera, se percibe como real. La tecnología inmersiva, compuesta por gafas de realidad virtual y un sistema de captura de movimiento que replica la postura y gestos del individuo en el entorno virtual, posibilita la creación de una ilusión de propiedad sobre el avatar, conocida como «virtual body ownership illusion» (ilusión de propiedad del cuerpo virtual), generando la sensación de que el cuerpo virtual es una extensión de uno mismo.

Sofía Seinfeld explica: «Cuando mueves tu mano real, observas cómo la mano virtual replica el movimiento de manera idéntica. Esto engaña perceptualmente al cerebro, llevándolo a asumir, de alguna manera, que ese cuerpo virtual es su propio cuerpo». La profesora agrega que el término «virtual embodiment» se refiere precisamente a las ilusiones perceptuales intensas que pueden surgir gracias a la realidad virtual. Este fenómeno permite que, aunque el cerebro sea consciente de la irrealidad de lo que observa, perciba las situaciones virtuales de manera similar a como lo haría en la realidad, abriendo la puerta a diversas aplicaciones en investigación y terapia.

Sin embargo, la influencia de los entornos virtuales no se detiene ahí. Durante su tesis, Pierre Bourdin llevó la exploración un paso más allá al estudiar cómo, una vez establecida la conexión con el avatar virtual, también era posible inducir experiencias extracorporales. Este fenómeno implica hacer que la persona sienta que abandona su propio cuerpo, una vivencia que, en la realidad, solo se experimenta en eventos extremadamente traumáticos como accidentes, cirugías cerebrales o situaciones cercanas a la muerte, o mediante el uso de sustancias alucinógenas, todas ellas difíciles de replicar. Este enfoque ha permitido a los investigadores entender mejor el funcionamiento de las experiencias extracorporales en el cerebro.

En este contexto, Bourdin acaba de publicar un artículo en acceso abierto, en colaboración con investigadores de diversos países europeos y de Norteamérica, donde analiza la firma cerebral de las experiencias extracorporales inducidas por la realidad virtual. Bourdin destaca: «La tecnología nos brinda la capacidad de simular estas experiencias de manera realista, generando las mismas respuestas cerebrales que se observan en casos reales». Este enfoque no solo permite profundizar en la comprensión científica de este fenómeno, sujeto a controversias, sino también explorar diversas aplicaciones terapéuticas.

Las aplicaciones terapéuticas de la realidad virtual

«En el ámbito de la investigación científica, el virtual embodiment nos brinda numerosas oportunidades para explorar las interacciones entre nuestro cuerpo, los sentidos y el cerebro», comenta Bourdin. «En uno de nuestros estudios más recientes, manipulamos los movimientos de las personas para alterar su percepción visual en el entorno virtual. Entre otros hallazgos, descubrimos que la respuesta visual ejerce un papel dominante en la definición de la percepción de la ubicación y los movimientos del cuerpo, incluso induciendo un mayor esfuerzo muscular», señala. Estas investigaciones, más allá del entorno de laboratorio, han encontrado aplicaciones concretas en diversos contextos terapéuticos.

Empatía a través de la realidad virtual: desde la lucha contra el racismo hasta la rehabilitación del maltrato

«En uno de los primeros estudios de virtual embodiment en los que participé, situamos a personas de raza caucásica en cuerpos de raza negra para observar cómo esto influía en su nivel de racismo implícito», explica Sofia Seinfeld. Cuando el avatar se encontraba en un contexto neutral o positivo, el nivel de racismo implícito de la persona tendía a disminuir. En cambio, en contextos sociales negativos, donde, por ejemplo, otros avatares mostraban rechazo, el nivel de racismo de la persona tendía a aumentar.

Otro campo de investigación de Seinfeld ha sido la aplicación de la tecnología de realidad virtual como terapia de rehabilitación para individuos que han perpetrado violencia contra su pareja o un menor. La experiencia de virtual embodiment diseñada permitía a los agresores adoptar la perspectiva de la víctima y experimentar la violencia desde su posición. «Esta herramienta nos posibilitó trabajar la empatía, y obtuvimos resultados positivos, mejorando el reconocimiento de emociones específicas y generando dinámicas muy prometedoras en otros aspectos de la terapia», agrega la investigadora.