Las redes inalámbricas Wi-Fi funcionan en cualquiera de los dos modos alternativos, llamados modo «infraestructura» y modo «ad hoc». El modo ad hoc permite que una red Wi-Fi funcione sin un router o punto de acceso inalámbrico central. Si bien son una alternativa viable al modo de infraestructura en unas pocas situaciones, las redes ad hoc ad hoc adolecen de varias limitaciones clave que requieren una consideración especial.
Limitaciones a tener en cuenta de las redes inalámbricas en modo Ad Hoc
Antes de intentar utilizar conexiones inalámbricas en modo ad hoc, tenga en cuenta las siguientes limitaciones:
1. Seguridad: Los dispositivos Wi-Fi en modo ad hoc ofrecen una seguridad mínima contra conexiones entrantes no deseadas. Por ejemplo, los dispositivos ad hoc no pueden desactivar la transmisión SSID como lo hacen los dispositivos en modo infraestructura. Los atacantes generalmente tendrán poca dificultad para conectarse a su dispositivo ad hoc si se encuentran dentro del alcance de la señal.
2. Monitorización de la intensidad de la señal: Las indicaciones de software del sistema operativo normal que se ven cuando se conecta en modo infraestructura no están disponibles en modo ad hoc. Sin la capacidad de monitorear la fuerza de las señales, mantener una conexión estable puede ser difícil, especialmente cuando los dispositivos ad hoc cambian de posición.
3. Velocidad: El modo ad hoc suele ser más lento que el modo infraestructura. Específicamente, los estándares de red Wi-Fi como el 802.11g) sólo requieren que la comunicación en modo ad hoc soporte velocidades de conexión de 11 Mbps: Los dispositivos Wi-Fi que soportan 54 Mbps o más en el modo de infraestructura volverán a tener un máximo de 11 Mbps cuando se cambien al modo ad hoc.